Sábado, 06 Noviembre 2021 14:43

Vida de rico para Fido y vida de perro para los salvadoreños

Escrito por  Paul Alvarado
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Nos mostró claramente porqué los gobiernos donde hay un líder supremo que toma todas las decisiones, y deja muy poco espacio para otras opiniones, es un gobierno que simplemente es incapaz de responder a las necesidades de la población de forma efectiva; porque no conoce, o no le importan, las necesidades y objetivos de la sociedad.

El ridículo anuncio de la construcción de un hospital veterinario es, probablemente, la prueba más clara de la desconexión de la actual administración con la realidad nacional. Es doloroso ver como las necesidades más básicas de la población pasan a segundo plano en la agenda populista del señor Bukele.

Según datos de la UNESCO, cerca de 186,000 niños y niñas en edad escolar no asisten a la escuela; eso significa que, con un total de niños en edad escolar es de aproximadamente 1.2 millones, algo así como 1 de cada 6 o 7 niños no va a la escuela

De acuerdo a la OMS, el porcentaje de bebés, entre 6 y 23 meses de edad, que no recibe una nutrición mínima aceptable es de 35.5%, eso es más de 1 de cada 3 bebés.

La UNESCO también encontró que el casi el 17% de la población, más de 1 de cada 6 personas, tiene acceso limitado a servicios de desinfección, recolección de basura y manejo de desechos y a infraestructura básica de salubridad, como manejo de aguas negras.

El Banco Mundial calcula que el porcentaje de la población bajo la línea de pobreza internacional de $3.1 por día por persona, es de 22.3%, más de 1 de cada 5 personas.

Para ninguna de estas necesidades hay una estrategia clara, de largo plazo y con objetivos medibles. Esta es sólo una pequeña lista de necesidades cuya prioridad estimo mucho más alta que la de atender a nuestras mascotas: por mucho que las amemos, ¡amamos más a nuestros hijos y familia!

Otro problema con el anuncio del presidente es su lamentable ignorancia en materia de finanzas, nos quiere hacer creer que mágicamente tiene $4 millones disponibles para usarse en el hospital veterinario. Cuando nos dice que ahora puede disponer de “4 millones de dólares, sin afectar el monto del fideicomiso” está mintiendo.

Los $4 millones, más o menos, se refieren al incremento de precio del Bitcoin en dólares, pero ese incremento es lo que se conoce como ganancias no realizadas. Es como cuando su casa ahora vale más; es cierto que su riqueza aumentó, pero para disponer de esa riqueza adicional tiene que vender su casa primero o una parte si fuera posible.

También está mintiendo cuando dice que “esto se hace manteniendo la misma cantidad de BTC, aunque se reduzca la cantidad en USD”.

Eso equivale a decir, siguiendo con el ejemplo de la casa, que usted se puede comprar un carro nuevo con el incremento de valor de su casa, pero que no vendió su casa. La única forma en que eso puede ser cierto es que usted haya hipotecado de nuevo su casa… ¿Acaso eso es lo que ha hecho el señor presidente en realidad?

Pero la pésima priorización y la ignorancia del presidente no son lo peor de esta situación, creo que lo peor es que este tipo de acciones del gobierno no se deben a su incapacidad o ignorancia, creo que son actos deliberados y específicamente diseñados para explotar las nuevas herramientas de control social que le proveen plataformas como las redes sociales que apelan a nuestras emociones más que a nuestro intelecto, promueven nuestro comportamiento de manada, nuestro deseo de sensacionalismo.

Cada anuncio del presidente busca que no le olvidemos y que le asociemos con ideas alegres: las nuevas ideas = la promesa de cambio, el Bitcoin = dinero fácil, las carreteras = nuestro sueño de desarrollo, el hospital veterinario = el cariño a nuestras mascotas… o que culpemos a otros de nuestros problemas o de los suyos.

Se apega a una narrativa que dice que “Él no está en contra de la democracia, son los mismos de siempre los que estorban el progreso”… “Él no es un dictador, los gobiernos extranjeros son los que no quieren una verdadera democracia”.

Pero esa estrategia tiene rendimientos decrecientes, como decimos los economistas. Confío en los salvadoreños y espero que la población ya pueda ver a través de la propaganda del Estado, que pueda entender que el señor presidente prefiere tratar como rey a “Fido” y darle a los salvadoreños una vida de perros.

 

Paul Alvarado es economista y consultor en temas de Finanzas y Tecnología.

 

 

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