Desde que se sentase en el banquillo O. J. Simpson no se veía tanta expectación en un juzgado. En 1994 el célebre ex jugador de fútbol americano y actor O.J. Simpson fue acusado de asesinar a su ex esposa, Nicole Brown, y a un amigo de ella, Ronald Goldman. Fue denominado el 'juicio del siglo', pero el de Johnny Depp contra Amber Heard por difamación que se celebra estas semanas en Virginia le ha superado ya en cuando a expectación y a millones de espectadores, pues ambos fueron televisados. Algo a priori casi imposible, pues alrededor de 100 millones de personas de todo el mundo siguieron por la televisión o la radio el 3 de octubre de 1995 la lectura del veredicto que exculpó a O. J. Simpson, a pesar de las claras evidencias en su contra. Su imagen pública, con todo, nunca remontó y quedó irremediablemente marcada por el crimen.
El juicio entre Amber Heard y Johnny Depp puede verse estos días a través del canal especializado Court TV, amén de vídeos en YouTube y redes sociales haciendo hincapié sobre uno u otro aspecto o detalle de la vista de cada día. Primero fueron los atuendos de Heard, quien siempre se vestía igual que Depp había acudido a la Corte el día anterior. Después, el único cruce de miradas entre ellos que se ha producido, pues ambos tienen prohibido mirarse directamente y mucho menos dirigirse el uno al otro.
Al lógico interés mediático despertado por tratarse de dos estrellas de Hollywood –Depp ha sido, recordemos, dos veces nominado a los Oscar–, hay que sumar que en el juicio, en calidad de testigos, también declararán otras celebrities amigas de los dos implicados. Desde Elon Musk o James Franco, a Paul Bettany, Ellen Barkin y Jason Momoa. Es decir, ese juzgado va a parecer una alfombra roja cuando se abra el turno de los testigos, que será muy pronto. O eso se ha anunciado. Puede que la Corte decida que muchos testimonios son prescindibles o pueden hacerse mediante videoconferencia o presentando la documentación correspondiente.
Al testimonio de Depp la semana pasada hablando de cómo su ex mujer le seccionó parte de un dedo con una botella, se une ahora el escalofriante relato de ella sobre los abusos sexuales y la violencia doméstica que sufrió durante su relación con el ex protagonista de Pirata del Caribe. El segundo día de declaración de Amber Heard dejó momentos realmente duros, como cuando ella le acusó de penetrarla varias veces con una botella.
"Tenía una botella rota contra la zona del cuello, por la mandíbula, y me dijo que me cortaría la cara (...) Recuerdo que no quería moverme porque no sabía si estaba rota. Solo recuerdo haber pensado: ‘Por favor, Dios, por favor, espero que no esté roto". Explicó que comenzó a sangrar por la vagina pero que se convenció de que la botella no estaba rota y que habría sido peor de estarlo. También le acusó de abuso, agresión sexual y violencia. Aseguró que Depp odiaba al también actor James Franco y que se puso muy violento cuando se enteró de que se habían besado para una escena de la película Retales de una vida, rodada en 2015.
Al término de la cuarta semana de sesiones, nada está claro en este juicio en el que lo único evidente es que se están aireando las miserias de dos estrellas de Hollywood. Nadie sabe a ciencia cierta si estamos ante una actriz en plena actuación; ante un actor que también interpreta un papel al agachar la cabeza mientras su ex habla de sus abusos y sus adicciones a las drogas y el alcohol, o ante dos personajes completamente desequilibrados. Laurel Anderson, la terapeuta de la pareja, ya apuntó al comienzo del juicio que, tras sufrir ambos abusos en su infancia, se trataba de un caso de "abuso mutuo" en el matrimonio.
La personalidad histriónica de ella; las adicciones insanas de él y su crueldad a la hora de hablarle a ella en varios vídeos que se han mostrado durante el proceso... no se sabe hacia qué lado se inclinará finalmente la balanza, y este hecho hace que todo el mundo siga con más interés si cabe el desarrollo del juicio.
Lo único evidente a estas alturas es que la imagen de ambos se verá afectada para siempre, fundamentalmente la de Johnny Depp, quien ya experimentó el año pasado –tras perder el primer juicio en Reino Unido– lo que significa caer en desgracia en el mundo del espectáculo.